| Las 
          funciones exponencial y logarítmica  son las que tienen más
          presencia en los fenómenos observables,  por lo que existen
          diversidad de situaciones  cuyo estudio implica el planteamiento
          de ecuaciones  exponenciales o logarítmicas.  Ejemplo de ello 
          es la escala Rither. En ella se define la magnitud M de
          un terremoto en función de la amplitud A de sus ondas
          superficiales así: M=log A+C donde C =3,3+1,66 logD-logT
          es una constante que depende del periodo T de las ondas
          registradas en el sismógrafo y de la distancia D de éste al
          epicentro, en grados angulares. Si quisiésemos saber la amplitud
          (intensidad) de la onda sísmica tendríamos que resolver una
          ecuación logarítmica. También tendríamos
          que resolver ecuaciones  si queremos hallar el número horas
          necesarias (t) para que la bacteria  Escherichia coli
          presente en el intestino de muchos mamíferos alcance un número
          concreto. (P=P0.2t/D  siendo 
          P= 8000 bacterias,  P0  =500
          D=30).
           Análogamente si
          queremos hallar la antigüedad de un hueso hallado en un yacimiento
          arqueológico sabiendo que contiene el 20% del  carbono 14 que
          contenía en vida del animal, tenemos que resolver la ecuación: 0,2=e-0,000121t
          .   |