El diablo en el techo.  (1)

Si se fija un pequeño diablo pintado en rojo y bien iluminado, se verá en el techo la silueta del personaje recortarse sobre un fondo de color verde. Cuando la experiencia se ejecuta con varias personas, no faltará la diversión.
Un simple naipe, un as de picas o de corazones pueden muy bien reemplazar el dibujo del diablo rojo. Por último si no se fijan sobre el techo, basta con fijar la mirada sobre una hoja de papel blanco, después de haber mirado fijamente la imagen roja durante el tiempo conveniente.

Mira fijamente con los dos ojos al pequeño diablo blanco dibujado sobre un fondo negro, fija tu mirada especialmente sobre su cinturón negro, hasta que sientas tus ojos un poco cansados (alrededor de medio minuto), dirige entonces la mirada hacia el techo encima de tu cabeza, y al cabo de algunos segundos (de 15 a 20) la silueta del diablo aparecerá muy nítida en gris y en varias tomas. Esta pequeña experiencia gana si se hace con una  luz muy viva.

    Estas experiencias se deben al principio de la persistencia de las impresiones sobre la retina,
al que hay que añadir el de los colores complementarios.
 

 


  

 

(1) Fuente : Gaston Tissandier Les récréations scientifiques 1873 ed G.Masson